Hoy estamos aquí para hablar de las cosas que, francamente, ya no están de moda en las bodas. Y no estamos hablando de pequeños detalles insignificantes, sino de las cosas que hacen que una boda parezca más antigua que las pirámides de Egipto.
Tomad una cerveza, relajaos y preparaos para una lista de las cosas que hemos decidido que deben dejarse ya en el pasado de las bodas.
Invitar a gente por compromiso: En serio, ¿quién ha inventado esta tradición? Ya no estamos en la edad media donde se hacían pactos matrimoniales a los seis años. Dejad de invitar a la gente por compromiso, porque, al final del día, esta gente no te habrá aportado nada. El único compromiso que cuenta es el que haceis el uno con el otro.
Velos para el pelo: Lo sentimos, señoras, pero los velos por el pelo ya no están de moda. Nos estamos alejando de las tradiciones anticuadas y abrazando nuestro estilo único. Así que deja el velo y deja que tu pelo sea el verdadero protagonista del día. Ya sea largo, corto, con tirabuzones o todo recogido, lo que importa es que te sientas cómoda y se te veas increíble.
Ceremonias de hora y media: ¿Quién tiene tiempo para una ceremonia larga y aburrida? Hoy en día, estamos optando por ceremonias más cortas y dinámicas, que cautiven la atención de los invitados sin hacerles soñar. Menos sermones y más momentos significativos que realmente reflejen quienes soys como pareja.
Mesa presidencial: Ya basta de esta tradición anticuada de sentarse a los novios en una mesa elevada como reyes y reinas. Es hora de mezclarse con los invitados, compartir risas y memorias con todos los que os quieren.
Censura de la fiesta: Si deseas poner un poco de Frank Sinatra seguida de metálica, ¡hazlo! La música debería reflejar vuestra personalidad y hacer que todo el mundo se mueva al ritmo que le encanta. Basta ya de censurar la fiesta por miedo a lo que puedan pensar los abuelos. Es vuestro día, ¡hazedlo vuestro!
Así que, amigos, eso es lo que proponemos: romper con las tradiciones casposas y abraza una boda que hable de vosotros. Que cada uno de los detalles refleje vuestra auténtica personalidad como pareja. Al fin y al cabo, vuestra boda es vuestra historia para escribir, así que hazedla digna de ser leída.
